Hoy conmemoramos 21 años de la canonización del fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas, San Marcelino de Champagnat.
Para la canonización de Marcelino, el relato de sus milagros paso por la revisión de tres comisiones: médico-científica, teológica y eclesial, debiendo comprobarse que la cura era inexplicable por medio de las medicina y que por lo tanto había una acción directa de Dios, por intersección del entonces beato. Para la causa de Marcelino Champagnat fue presentado el milagro de la cura del Hermano Heriberto Weber, de Uruguay en julio de 1976. El hecho fue aprobado como milagro por la comisión médico-científica, en junio de 1997.
De esta manera San Marcelino Champagnat fue declarado Santo de la Iglesia Universal el 18 de abril de 1999 por el Papa San Juan Pablo II, ante una repleta plaza de San Pedro, a quién fuera el fundador de una de las Congregaciones Católicas con mayor presencia a nivel mundial.
El Padre Champagnat pensó a los miembros de su Congregación como hermanos, les dio el nombre de hermanitos de María, su misión iba ser desarrollar entre los pequeños, niños, adolescentes y jóvenes, especialmente los más pobres, su estilo de vida se inspiraría en Nazaret y estaría caracterizado por la sencillez, el abandono confiado, el amor a María unida indiscutiblemente a Jesús, el amor al trabajo y el espíritu de Familia (MME, n66).
Hoy este rasgo característico del Carisma Marista se ha sembrado en el corazón de los laicos y esparcido a nivel mundial formando una sola familia Marista Global, que lleva el mensaje de la Evangelización Educadora a los cinco continentes, atendiendo las necesidades de miles de familias, en colegios, universidades, hospitales, obras sociales y espirituales.
Este espíritu de familia es el que hoy nos lleva a presentar un saludo institucional para toda nuestra región América Sur de forma conjunta (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay), haciendo presente la unidad que buscaba nuestro fundador más allá de las fronteras.
Gracias San Marcelino por tu legado, sigue intercediendo ante el padre con la ayuda de la Buena Madre, por nosotros y nuestras familias.